Parque Isla Salamanca: ¿tierra de nadie?
Muchas promesas, demasiado desinterés y pocas medidas para los problemas que ocasionan las constantes quemas.
El pasado lunes un nuevo hongo de humo se volvió a posar sobre Barranquilla, proveniente del otro lado del Río Magdalena, donde se encuentra la vía Isla Parque Salamanca. Desde sus entrañas, desde hace años, un fuego quema su diversidad de fauna y flora, generando al tiempo un terrible perjuicio para la biodiversidad que se encuentra allí, así como para la ciudad de Barranquilla.
Lamentablemente la vía Parque Isla Salamanca es tierra de nadie. Ubicada en jurisdicción del departamento de Magdalena, bastante lejos de su capital Santa Marta, que cada tanto le genera un problema a la condición de vida de los habitantes de Barranquilla, la ciudad que tiene nada más cruzar el río.
Y el tema va por allí, la enorme extensión de tierra, de 562 kilómetros cuadrados, parece que nadie la pudiera controlar ni mucho menos cuidar. Y es más, parece que la ‘pelota’ se la tiran de unos a otros en los entes que a su bien tienen el manejo y el cuidado de la misma.
Mucho ‘humo’ en las quemas
Es que humo que va y humo que viene. En el pasado, ya se ha visto que las quemas vienen siendo iniciadas por manos criminales detrás de tres cosas fundamentalmente: primero, la obtención de carbón vegetal que luego es comercializado a los dos extremos del Puente Pumarejo.
Segundo, la preparación de la tierra donde sembrará hierba para el pastoreo de ganado, afectando así gravemente el ecosistema de la isla, casi que de forma irreversible según se va consumiendo la vegetación original de la misma.
Tercero, algunos cazadores utilizan los incendios como métodos de caza indiscriminada para la fauna que allí habita. Cuando la misma se sale de control los resultados son terroríficos.
Sin embargo, pese a las muchas reuniones que se han sostenido, las promesas de los diferentes entes de control sobre el tema no se han convertido más que en cortinas de humo para ponerle trapitos de agua tibia a los incendios mientras que los barranquilleros y habitantes de otras poblaciones ribereñas siguen sufriendo por la falta de efectividad en el tema.
“Estamos cansados de tantas reuniones y hacer llamados para que cese esta grave afectación de la salud pública. La Alcaldía de Barranquilla carece de jurisdicción para actuar en lugares donde ocurren las quemas, pero no podemos cruzarnos de brazos. ¿Quién responde en el Gobierno Nacional?", señaló el pasado lunes 29 de enero el Alcalde de Barranquilla Alejandro Char, cuando nada más al empezar el año una columna de humo se posó sobre la ciudad.
Las reuniones de las que habla el alcalde Char se han venido presentando de manera periódica sin lograr acertar a una solución contundente. El 18 de abril del año pasado, al término de la enésima reunión entre las autoridades, se anunciaron estrategias como el cierre de 5.000 hectáreas de área protegida y la incorporación de 113 vigilantes y protectores del parque, con participación del Ejército, Policía, Parques Nacionales, Fiscalía y los gobiernos locales y departamentales.
Lo cierto es que hasta el momento, esas promesas se quedaron en nada más que ‘humo’ desvanecido en el tiempo. El cierre de varios sectores del sitio y la implementación de los vigilantes a poco o nada ha conducido. Los criminales ecológicos han seguido quemando cuando han querido y todavía, que se tenga noticia, no se ha realizado la primera judicialización a alguno de ellos por estos delitos ambientales.
‘El humo no es mío, el problema tampoco’
Pese a los anuncios del 18 de abril, solo tres meses después nuevas quemas se desmadraron en el sitio. El primero de julio de 2018 los habitantes de Barranquilla tosían desesperados aspirando en el ambiente el espeso y tóxico humo del incendio en la Vía Parque Isla de Salamanca.
Al parecer la actitud despreocupada del Gobierno departamental del Magdalena sobre el tema tampoco es que ayude. Pese a que las quemas son bajo su jurisdicción, desde Santa Marta poco se ha sabido de algún plan para salvaguardar los recursos naturales, de fauna y flora, que al fin y al cabo son primero de ellos y luego del resto de colombianos.
Todo parece indicar que mientras el humo no penetre en los pulmones de los bañistas en las playas del balneario del Rodadero ni en las personas que disfrutan de la bautizada Bahía más linda de América, ese problema no atañe al Magdalena ni a su gobernación ni a los entes de control del Gobierno Nacional que desde las dependencias de ese departamento tendrían que ocuparse de la situación.
Como ya se afirmó aquí, termina siendo una tierra de nadie, pues al estar fuera de la jurisdicción correspondiente al departamento del Atlántico, desde esta ribera es poco lo que se pueda hacer.
Es más, Barranquilla ni siquiera tenía la autorización para emitir una alerta que permitiera a la Fuerza Aérea Colombiana iniciara a las acciones correspondientes y combatir la conflagración. Esto se ha venido superando durante la actual administración.
“Nosotros hemos tenido que superar esa ineficiencia. Hoy en día la Unidad de Gestión de Riesgo ya puede emitir la alerta a la mesa de crisis en Bogotá para que estos autoricen el despegue del helicóptero Bambi Bucket con galones de agua que son los que terminan por extinguir la conflagración. Lo que sucede es que del lado del Magdalena los que atienden la emergencia son los bomberos de Sitionuevo, que lo hacen como pueden y a veces con algunas precariedades en su equipo, mientras la evaluación de ellos llegaba a Santa Marta los tiempos eran muy largos. Hemos venido reduciendo esto y ya hoy en día emitimos nosotros mismo las alarmas”, explicó a Zona Cero Clemente Fajardo, Secretario de Gobierno de Barranquilla.
Humo que amenaza hasta al BID
El pasado lunes 2 de septiembre un nuevo incendio por manos criminales se desató en la Vía Parque Isla Salamanca. Esta vez, ante la presencia de lo más encopetado de la dirigencia nacional, y con el mismísimo presidente de la República de Colombia, Iván Duque Márquez.
El mandatario nacional vino a poner la primera piedra del Pabellón de Cristal donde los más importantes Ministros de Hacienda y banqueros del mundo asistirán el próximo año a la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo, en el Gran Malecón del Río, justo en el vértice del Río Magdalena, en el punto de Barranquilla donde mayormente se concentra el humo y la ceniza durante las quemas.
A sabiendas de este delicado problema que además ahora se convierte en un obstáculo para la celebración de eventos de trascendencia mundial para la ciudad, el alcalde Char rogó al Presidente Iván Duque una mano para cortar la situación de raíz, ante la incapacidad de los entes territoriales encargados.
"Exigimos que el Ministerio de Ambiente y Parques de Colombia asuman la defensa de este pulmón del Caribe colombiano o nos permitan actuar a nosotros para detener este crimen ambiental que tanto nos afecta. Por eso le pedimos al presidente Iván Duque el apoyo del Gobierno Nacional para combatir efectivamente este flagelo, que atenta contra la salud pública y tranquilidad de los barranquilleros”, aseveró.
Definitivamente las promesas de trabajo mancomunado quedaron en nada. Barranquilla tendrá que salir al corte para resolver más allá de sus tierras una problemática que está afectando a la población. Es que la ciudad se canso del humo: en los pulmones y en las promesas de soluciones.